Capítulo 2: El mar

Tras varios días navegando, el viento paró. El barco se quedó estancado y no se movía. Aún no me creía que hubiera sacado adelante aquel barco, pero allí estaba, intentando cazar algún ave o pez para comer.
Unas horas después, a lo lejos vi un barco. Intente acercarme y así poder buscar ayuda. El barco se acercaba más y más a mí. Y cuando estaba a unos escasos metros, vi que en el había un chico que me miraba, mientras gritaba "ayuda".
El chico subió al barco y me tomo de la mano. El joven era alto apuesto de piel clara  y ojos verdes. Lucía una melena corta, bastante áspera a la vista, de color castaño. Tenía algunas marcas de guerra en la cara, solo algunos arañazos. Y lucía una sonrisa blanca y bonita.
 ¿Está usted bien?- Dijo el joven mirándome - ya ha pasado todo ahora estarás a salvo. Miré al chico algo extrañada y asustada, pero confié en el y le cedí mi barco.
El joven me llevó a su barco y me hizo entrar en una gran habitación decorada con banderas pirata. ¿Dónde estoy?- le pregunté- ¿y quién es usted?. El joven me miró y me dijo- Un pirata.
  
¿Pirata?- le pregunté. Yo no sabía que era eso, no tenía ni idea. Si señorita, un pirata- me respondió sonriendo - No se mueva de aquí esta será su habitación hasta que lleguemos a tierra, pero antes me gustaría tener el placer de conocer su nombre- A lo que respondí- Merirosvo.